25.8.06

El toque

La gris tarde caía sobre la ciudad, preanunciando la fría noche y el sonido del viejo tango decía su nombre. No quería volver a escucharlo pero sin embargo siempre lo hacía.

Esta vez no fue igual.

Al terminar los sones sintió un debil toque en su puerta. No supo si abrir, no esperaba a nadie. Sólo a una persona que no podía ser aquella que tocaba.

De todas formas abrió la puerta. Era ella.

Un tremendo sobresalto fue acompañado de un fuerte dolor en su pecho. No pudo creerlo, había sucedido otra vez...
Soñó estar despierto y necesitó despertarse para darse cuenta que no. Aún estaba dormido.

5 comentarios:

ignatiusmismo dijo...

Soñamos lo que queremos y queremos lo que soñamos. Nos debatimos entre el sueño y el deseo. En ambos está presente la fantasía... Llevo un mes con mi blog, por si quieres echar un vistazo y comentar algo. Saludos.

Noelia dijo...

Como duele el pecho cuando uno no se cansa de esperar y se despierta cuando solo uno quisiera seguir soñando.
Pensando en su blog postee un post de bar, si tiene tiempo me gustaria que lo lea.

Gir dijo...

.....cuando la realidad no te obsequia lo que deseas, hemos de hacer uso del sueño para calmar el ansia por lo que no tenemos, y en ese estado irreal, se puede viajar en un instante, del cielo al infierno....
...que tengas buen fin de semana....bye

silvi a. dijo...

Entonces despiértese para volver a soñar otra vez, para renovar los sueños y los personajes.

Celeste Sánchez Goldar dijo...

Shhh, que nadie lo despierte!