28.9.06

Nuestro cuento

Un largo relato de flores, aves y miedos. Ansias, muerte y oscuridad, odios irreversibles. Como una rayuela sin principio ni final. Un viaje, de ida, pero un viaje.

Quizá se está pudiendo, quizá llueve, puede acercarse la primavera o venirse la inundación. Sin mentiras ni cobardías, sin no nadas que afecten, sin si todos que cansen.

Quizá la historia de una bailarina que no entrega su corazón y parte olvidando. Tal vez un relato nocturno, con humos que ahogan, con besos que queman.

Seguro con muchas palabras, esas que ya son nuestras, esas que son culpables. O de cristales que se rompen en manos equivocadas.

Tal vez un relato de bares sin salidas y noches sin días, de manos que se toman, de ojos que se miran. Temblando, sintiendo; con fuertes miedos,con temores de sufrimiento, con locuras y desquicios.

Breve, largo, sin final, no se. Pero intenso. Las palabras, las culpables, ahora me abandonaron, y ya no se como será nuestro cuento de amor.

26.9.06

Bien bohemio

Estoy en Pampa y la vía,
como viola en el empeño,
enfundao en mi tristeza
porque tengo corazón.
Pifiando siempre la suerte,
errando como un maleta,
como perro en cancha ‘e bocha
la suerte me hace gambetas,
porque soy pa’ todo el mundo
uno más entre el montón.

Porque a mí me importa poco
la ventaja que da el oro.
Soy amigo del que tiene
una pena y un dolor.
A los necios los desprecio
no ambiciono la riqueza,
y con tal que por el vidrio
de la ventana ‘e mi pieza
pueda mirar una estrella
nada más le pido a Dios.

Yo he cenado muchas noches
con un verso de Carriego,
con diez guita en el bolsillo
hasta supe sonreír.
En la cola de los vivos
a mí no me van a ver.
Yo sé bien que soy bohemio
tengo mucha plata en sueños
soy así... ¿qué voy a hacer?

Tango popularizado por Julio Sosa pero escrito por Sara Rainer

19.9.06

Abismo

Nada para ver hacia adelante,todo debajo.
Nada a los lados, todo debajo.
Debajo y adelante de sus pies.
Aire, brisa, viento.
Brazos en cruz, ojos cerrados, pulmones llenos y sonrisa falsa.
Sonrisa de venganza.
Recuerdos,
mil recuerdos de mil imágenes,
una venganza a mil recuerdos.
Tocando el aire, sintiendo la brisa,
desafiando al viento.
Sólo un instante, todo una vida.
Todo un mundo, sólo una persona.
Brazos en cruz, ojos cerrados, pulmones llenos y sonrisa falsa.
Un paso adelante en el abismo,
una venganza a mil recuerdos.

18.9.06

Apología de la escritura

Escribir es salir por un instante o por mucho tiempo del mundo real para entrar al maravilloso mundo de la fantasía y los personajes que sólo existen en nuestra imaginación.
Escribir es, al mismo tiempo, salir por un instante o por mucho tiempo de la fantasía y los personajes que sólo existen en nuestra imaginación para entrar al no tan maravilloso mundo real.

Escribir es ver lo que es y lo que no es, lo que está y lo que no está, lo real y lo imaginario, lo bueno, lo malo, lo triste y lo alegre; escribir es unirlo todo e intentar expresarlo con palabras.
Escribir es ver el mundo real, ese en el que no hay ogros ni hadas sino maldad verdadera y, por suerte, tambien bondad verdadera. Escribir es una forma de compromiso con el mundo real.
Escribir tambien debe ser ver al mismo mundo real con ojos de fantasía, como si existiesen ogros y hadas, como si el bien siempre tiunfase. Escribir es, entonces, tambien una forma de compromiso con el mundo imaginario.

Escribir es buscar refugio; sueños no cumplidos, amores perdidos y mundos justos se hacen reales palabra tras palabra.
Escribir es un acto de suma entrega, es ofrecer a otros tus pensamientos, tus palabras y tus emociones más profundas.
Pero escribir es también un acto de cierto egoísmo, expresando pensamientos, palabras y emociones sin importar lo que opine el lector.
Por eso, sólo por eso, escribir es sobre todo un acto de infinita honestidad.

11.9.06

Dark

Mirada dulce en ojos pintados de negro, indago en ellos sin descifrar su misterio.
Bellos ojos reflejo de un alma que no existe pero desborda de su presencia.
¿Que esconde su mirada?
¿Que muestran sus ojos?
Frágil es, peligrosa se muestra.
Como una flor, como una rosa con cuatro espinas, intentando mostrar peligro, desnudado debilidad; pornográfica flor fabricando espinas que no alejan.
Baila, vive. Vive, que siempre se puede.
Mientras tanto yo seguiré aquí, sin poner mis pies en el suelo, indagando en tus ojos pintados de negro sin poder aún descifrar su misterio.

8.9.06

Tibio aire de libertad

El frío calaba demasiado hondo y el tedio se apoderaba de todo su ser. Nada que hacer, todo en que pensar.
Seis años de esa vida y aún restaban muchos más; sabía muy bien que no podría soportarlos sin caer en la locura, el abandono o en la resignación, que era lo peor.
En la gélida soledad de su celda sólo una idea lo mantenía en pié; dentro de este mundo, aferrado a una esperanza. Escapar.

Desde el día que llegó a ese lugar (sin importar porqué), comenzó a pensar como hacer para salir, como hacer para recuperar su vida o, por lo menos, un poco de ella.
A veces parecía flaquear, los pensamientos negativos se apoderaban de su mente y pretendía abandonar todo. No veía posibilidad de éxito aunque sabía que lo necesitaba, quería hacerlo pero le parecía imposible. Una negra sombra opacaba entonces sus días y se entregaba al peor enemigo que tiene aquel que necesita recuperar algo perdido, se entegaba a sus propios pensamientos.

En otros momentos su esperanza era más fuerte que nunca, la posibilidad de triunfo se sentía cercana, palpable, como si pudiera con la punta de sus dedos ya sentir el tibio aire de la libertad recuperada. Eran momentos de euforia, una euforia descontrolada y perjudicial; quizá la misma que fue la culpable de llevarlo a ese lugar. El imaginar el triunfo cercano y fácil ya había sido su mayor error, su camino al fracaso.
Dos años más le llevó ultimar los planes, igualmente el tiempo no era ningún problema, lo único difícil era controlar las ansias de una solución fácil y rápida. El día elegido llegó; había estudiado todos los movimientos, conocía horas, lugares y todo cuanto pudiera ser necesario. Muchas veces pensó que sería más fácil con la ayuda de alguien más, pero no, esta vez debía hacerlo sólo, si tanto ansiaba la libertad la buscaría por sus propios medios o moriría en el intento.

Cuando fueron las seis de la tarde atacó al único guardia que había en ese momento, la fuerza de su potente brazo venció rápidamente la débil resistencia opuesta por un carcelero más interesado en su seguridad que en retener a su encarcelado. Tomó el arma del guardia y su uniforme ante la atónita mirada de sus compañeros de encierro, que acompañaron los hechos con un sepulcral silencio como nunca se había sentido allí, una mirada atónita de asombro y admiración ante aquel sereno hombre que luego de muchos años, aquel día, había decidido recuperar su vida.
Avanzó por el largo pasillo caminando velozmente, con la seguridad de quien todo lo sabe, quizá por eso no levantó sospechas en los guardias que, a lo lejos y desde otros pasillos igual de interminables lo vieron.
Con el corazón palpitando a una velocidad que le permitía escuchar sus propios latidos, pero con la convicción de quien juega su última carta avanzó hacia la salida. Una tras otra las puertas se fueron abriendo o sus guardias fueron derrivados por su potente puño, espada blandida en busca de su vida perdida; vida en la que había sido muy feliz.

Llegó a la puerta, sus ojos brillaron, sus manos se cerraron con más fuerza, como tomando las riendas de briosos corceles que lo llevaban hacia su sueño. Pudo sentir, esta vez en serio, el tibio aire de la libertad en la punta de sus dedos.
El tibio aire de la libertad que inundó su cara contrastaba con la gélida soledad de la celda.
El tibio aire de la libertad, meta alcanzada al fin, contrastaba también con el frío metal de la bala que atravezó su cuerpo en ese mismo instante.

6.9.06

Argentinos

Hace unos días recibí uno de las tantas cadenas de mails que circulan por ahí. Al igual que siempre, mi primera actitud fue no darle pelota y ni siquiera abrirlo, pero ayer, teniendo en cuenta quien lo mandaba, decidí que quizá valía la pena leerlo.Me encontré con algo que a primera vista y sin ponerse a pensarlo muy seriamente puede parecer cierto, pero pensándolo un poco mejor no estoy para nada de acuerdo con lo que dice. Esto me motivó a hacer algunas reflexiones, en cierta forma para contestar lo que allí dice, espero que les parezcan interesantes aunque, claro, no espero que las compartan (aclaro que es largo):


Que Alfonsín, Menem, De la Rúa y Duhalde no servían no es una "creencia general", no, es una realidad sufrida en carne (y sangre) propia por nuestro pueblo. Alfonsín por no avanzar en reformas estructurales contando con el apoyo popular, Menem por corrupto y, sobre todo, por neoliberal; De la Rua por inepto y neoliberal tambien y Duhalde por mafioso y siempre dispuesto a acumular poder por el poder mismo.

El problema no está sólo en "nosotros, el pueblo", porque si le echamos la culpa de la pobreza a los pobres caemos en un círculo vicioso del que no hay salida posible. Yo no creo que sea cierto aquello de que "los pueblos tienen los gobiernos que se merecen", yo pienso que tienen los gobiernos que aceptan; podríamos discutir un día entero sobre la legitimidad de lo que conocemos como "democracia".
Si pertenecemos a un país donde la "viveza criolla" es mas valorada que el dolar no es culpa del pueblo (pobre pueblo, parece ser el culpable de sus propios males!!!); el egoísmo, el sálvese quien pueda, el no te metás y otras tantas cosas no son productos genuinos del pueblo, no le son naturales, son producto de años de políticas de entrega, explotación y liberalismo egoista y consumista.

¿Que vivimos en un país donde los diarios no se pueden vender en máquinas? Y bueno, la verdad lo prefiero así, porque de esa forma Don Miguel, el diariero de mi barrio va a seguir teniendo trabajo y yo fiado. Antes que las frías máquinas expendedoras de latitas, esas que en la década del noventa eran las preferidas porque nos hacían creer que pertenecíamos al primer mundo, yo preferiré seguir comprando en el kiosco de mi amiga Anabel, que por sólo 75 centavos me da la gaseosa más fría que tiene, un beso y me reta si compro cigarrillos porque me hacen mal. ¡Y que venga una máquina a tratar de igualar eso!

No creo tampoco vivir en un pueblo sin valores. Los valores no son buenos ni malos, son valores y, como tales, cambiantes. En los 80 valorábamos el no meterse en nada. En los 90 valoramos más el hacerse rico, el auto nuevo, el departamento en el centro y el celular mas nuevo. Pero todo eso no lo inventó la gente por si misma, fueron imposiciones venidas de arriba, son métodos de control social.

Pero lo que pierden de vista es que hasta el pueblo más boludo se revela, por eso me siento orgulloso de pertenecer a un pueblo que llenó la plaza de mayo en el 45 pidiendo participación, un pueblo que tomó por dos días una ciudad como Córdoba en el 69 exigiendo no dinero sino igualdad y justicia, un pueblo que ofrendó 30.000 de sus mejores vidas buscando un país para todos, un pueblo al que pertenecían los casi 700 pibes que murieron por dos islas de mierda a las que un borracho los mandó a pelear contra la OTAN, el mismo pueblo que se unió para defender la democracia en Semana Santa, ese, MI PUEBLO, ese mismo, es el que el 19 y 20 de diciembre del 2001 fue capaz de pararse y decir ¡Basta!, darse cuenta que habíamos perdido diez años, darse cuenta que el egoísmo liberal no es el camino más que a la destrucción. Ese es mi pueblo! y no me importa si se roba dos putas lapiceras de la oficina o te caga 100 gramos en la balanza, son nimiedades que quienes nos dominan nos quieren hacer ver como grandes males.

Estoy seguro que no me gustaría vivir en un país donde todos fueramos pulcros, honestos y obedientes. "Obedezca el que obedece y será bueno el que manda" decía un viejo liberal que tuve la desgracia de conocer, claro, así es fácil, el que manda es siempre él y, si alguno se queja de su desventura, se está quejando contra si mismo. No, no, a mi no me vengan con eso, yo no me la creo.

¿Acaso en Nueva York no saltan tambien el molinete del subte? ¿Quien les dijo que en Amsterdam ningún empleado se "olvida" cosas en su bolsillo? O es que los metódicos suizos, tan finos, honestos y con todas sus máquinas expendedoras de diarios, no son los mismos que se benefician con el dinero sucio de todo el mundo?
No pibe, no es ese el problema, no te creas lo que te dicen de arriba, te estan echando la culpa de tu mala suerte, de tu falta de trabajo o de tu bajo sueldo, de que no podés ir al hospital y todo lo que te imagines. Pero no les creas, no es tu culpa, es todo obra de un sistema muy preparado de antemano.

Pero lo que decís no es nuevo; ya el traidor a la patria Sarmiento despreciaba al argentino autóctono y recomendaba en una famosa carta dirigida a Mitre regar con la sangre del gaucho la tierra, porque lo único que los argentinos teníamos de humanos es la sangre, textuales palabras del que te venden como padre de la educación. Y así con otros "próceres", te muestran el sillón del entregador Rivadavia, hay cientos de calles con el nombre del asesino Roca y tantos otros impresentables menos conocidos, un sólo ejemplo porque para muestra vale un botón: Rivera Indarte, el de la peatonal cordobesa viste, fue un tipo que escribió todo un libro sobre la gente que supuestamente había mandado a matar Rosas, con los años se supo que nada era cierto y que el libro le había sido encargado por Inglaterra, pagándole una moneda de oro por cada muerto que le adjudicase a Rosas ¿Lo sabías? ¿Sabés que en Córdoba hay una avenida que se llama Revolución Libertadora? Sí, la misma que el pueblo y la historia denominaron "La Fusiladora"¿Nosotros tenemos la culpa de eso? Todos nuestros problemas vienen de hace mucho y no son nada fortuito.

Pero si hay algo en lo que nunca podré estar de acuerdo con vos es en lo siguiente: Nuestro pueblo no necesita ningún dictador que le imponga leyes, necesita darse cuenta sólo de que es lo que le conviene, pero tampoco tiene la culpa si no puede. ¿Como vamos a pretender un pueblo que sepa elegir si es el mismo pueblo que no tiene educación? La falta de educación perpetúa sistemas en el poder, lo venimos sufriendo hace 150 años y es hora de darnos cuenta.

Nunca podré estar de acuerdo con vos cuando proponés una salida de arriba hacia abajo, eso huele muy feo. Los dictadores tienen la ventaja de dar comodidad al pueblo; no tenés que pensar, sólo obedecer y tratar de salvarte vos, eso genera todo lo que vos decís en lugar de ser una salida.Y además no vale la pena hablar de dictadores en nuestro país, las experiencias del pasado son más que gráficas.

Por eso yo sigo creyendo en este país y en este pueblo, éste que todo los jueves tiene a las viejas con sus pañuelos blancos en la plaza de cada ciudad pidiendo una justicia que se les niega hace 30 años, este pueblo que crió jóvenes capaces de tomar esas mismas banderas para ir a escrachar a cada represor en su casa, este pueblo que no compró el discurso del olvido y eligió la memoria, la memoria con castigo.
Claro que hace falta más que "cacerolazos o cuetazos" como decís, pero quien sino el pueblo lo va a hacer. El 25 de mayo de 1810 este pueblo quizo saber de que se trataba, el 25 de mayo de 1973 el mismo pueblo eligió al mejor gobierno de su historia, que, mirá lo que son las cosas y si acaso el pueblo tiene la culpa, duró sólo cuarenta días.

Por todo esto yo sigo creyendo en mi gente, en la que es solidaria, en esa gente engañada y pisoteada que sigue adelante cada día, como puede, pero adelante.

Tenés razón en que vas a encontrar al culpable de todo cuando te veas en el espejo. Vas a ver al culpable de permitir ésto, no por saltearte la cola del banco alguna vez en tu vida o copiarte en un exámen. Sos el culpable por cosas mucho más graves, pensá:
¿Cada cuánto leés el diario?
¿Cuanto hace que no lees un libro sobre política o economía?
¿Cuando fue la última vez que fuiste a ver una sesión en el Congreso o la Legislatura?
¿Sabés bien que propone el tipo que vas a votar en las próximas elecciones y conocés su pasado?¿Cuándo fue el primer golpe de estado en nuestro país?

Podes hacerte éstas y miles más de preguntas, mientras tanto haceme un favor, no me culpes a mi ni mucho menos a mi pueblo de lo que pasa, demasiado tenemos con soportarlo.

5.9.06

Cristal

Belleza misma hecha luz.
Puedo mirarte despacio, tocarte,
sentirte suave, capaz de cortar.
Cortando la luz en siete colores.
Reflejando mis ojos, enfriando mis manos,
turbando mis sueños.
La fragilidad lo hace valioso,
por eso suele romperse si cae en manos equivocadas.
Para MI Cristal

Leyenda Rusa del Atardecer

El joven Grischa era feliz. Habitaba junto a sus padres en una bella dacha (casa de campo) cerca de los Urales, el paisaje no podía ser más complaciente para todos los sentidos. El fresco aire rozando la piel, el canto de los pájaros y el murmullo del arroyo cercado eran la más bella música. El aroma de las flores siempre frescas y los deliciosos frutos silvestres que podían recogerse con sólo alejarse unos cientos de metros de la casa hacían de aquel lugar el más bello del mundo.

Nada se comparaba con su poblado y Grischa lo sabía, había viajado varias veces acompañando a su padre a la enorme Moscú, donde el inmenso río Moskva no tenía nada de la belleza del arroyo de su pueblo. También había conocido la capital, San Petersburgo, donde los encargados del gobierno y, sobre todo, la familia del Zar, parecían totalmente ajenos a la belleza de las cosas simples.

Su lugar, su trabajo, sus libros, todo era perfecto para Grischa. Pero había algo que era la verdadera fuente de su felicidad, la hermosa Natalyja, el amor de su vida.
Se habían conocido hacía unos años. Fue un amor a primera vista, intenso, fuerte, apasionado y hasta a veces perturbador.

Después del mediodía, una vez finalizado el trabajo, Grischa y Natalyja solían encontrarse en el campo o en la dacha, él muchas veces le llevaba Michkas (los chocolates favoritos de Natalyja) o Kumy para beber juntos. Pasaban largas horas juntos hablando, mirándose, haciendo planes sobre el futuro; más de una vez pensaron en el hijo que alguna vez llegaría y, a veces, hasta discutían risueñamente su nombre.

Todo era felicidad, hasta los malos momentos dejaban de serlo al estar juntos. Grischa se sentía invencible al lado de Natalyja, la vida era un hermoso sueño del que muchas veces temía despertar. Y un día sucedió.

Esa tarde Grischa salió de su dacha temprano para ir a buscar a Natalyja, llevaba una gran caja de Michkas y hasta había pensado en las palabras más bellas que podría decirle a su amor. Llegó contento, la vio, sonrió. Cuando la besó sintió que algo no estaba bien, fue el peor beso de su vida; frío, distante.
Cuando Natalyja dijo que se marcharía Grischa pareció no creerlo.
Esa noche, cuando se acostó, comprendió lo que había sucedido, había perdido al amor de su vida. No supo que hacer. De ahí en más comenzó a buscarla violentamente, indagando en los poblados cercanos. Un día la encontró y le recriminó su partida; fue egoísta, torpe, en ese momento la perdió del todo.

Desde ese día Grischa lloró innumerables veces a su amada Natalyja y nunca más pudo amar a otra mujer. Todos los días pensaba en ella, todas las noches la soñaba. Sabía que él había sido el culpable de la partida, sabía que no había más responsable de su dolor que él mismo y , lo peor, sabía también que la había lastimado y no podía ni siquiera pedirle perdón porque no se arrepentía.

Al tiempo, Grischa decidió que ya no la buscaría, no porque no quisiera verla, sino porque sabía que podría lastimarla con sus palabras. Lo invadían las ganas de ir por ella pero sabía que aún no era el momento, aún no estaba listo.
Fueron años de espera. Años en que la belleza del paisaje de los Urales parecía haber desaparecido para él. Ni el canto de los pájaros o el murmullo del arroyo podían borrar de su recuerdo la voz de su amada Natalyja. Todo era triste, gris y sin sentido. Nada podía ser bueno ni hacerlo feliz si no estaba ella para compartirlo.

Una tarde, a lo lejos, la vio. No quiso acercarse, no quiso hablarle, no quiso hacer nada. Ella estaba aún más preciosa que antes. En ese momento se dio cuenta que aún la amaba, pero ya no como antes. Ahora su amor, a la distancia, había cambiado, crecido. No era más el Grischa que la había perdido. Ahora si podría hacerla realmente feliz.
Decidió entonces que era el momento de buscarla nuevamente, su corazón era de fuego, estaba decidido a recuperar su amor , ésta vez sin los errores del pasado. Durante días la buscó pero no pudo encontrarla. Siempre llevaba la caja de Michkas para regalarle y así empezar de nuevo. De nada sirvió porque nunca volvió a verla.

Una tarde, Grischa caminó hasta la orilla del Mar Negro y se adentró en lo profundo de sus aguas. Desde esa tarde, el fuego de su corazón enamorado tiñe de rojo los atardeceres.
Y Natalyja ni siquiera lo sabe...

3.9.06

Feria del libro

Empezó la Feria del Libro. Otra vez lo de siempre, los mismos libros, las mismas conferencias; los mismos compradores para los mismos libros y los mismos asistentes para las mismas conferencias de siempre que van a hablar de los mismos temas de siempre.

Los psicobolches a Borón, los trasnochados a Dolina. Lo único que cambia son los precios, durante la Feria los libros son un poco más caros.

Los mismos stands de siempre de las mismas editoriales de siempre para los lectores de siempre. Las viejas a Ediciones San Pablo, los troskos a Cuadernos Marxistas, los de Patria Libre al de Luz y Fuerza, los que quieren figurar al de la Embajada Cubana y los pendejos de los jardines a romper las pelotas por todos lados.

Los troskistas a leer Trotsky (es hora de que lo hagan), los comunistas Lenin, los liberales Smith, los bolivarianos Dieterich, los nacionalistas (con C) a Cooke y los nazionalistas (con Z) se quedan con Aguinis. La gilada lee a Lanata, los más despiertos a Pigna, algunos a O´Donnell y los que siguen creyendo repasan el Billiken o, peor, a Felix Luna.

Las chicas de 10 buscan Mafalda, las de 15 a Maitena, las de 20 no leen, las de 30 quieren Bucay, las de 40 Cohelo y las de 50 el Kamasutra para recordar viejas épocas.
Con los hombres es más fácil, los menores de 10 quieren un ejemplar de "Elige tu propia aventura", entre 10 y 15 buscan publicaciones de autos y los de más de 15 sólo quieren minas en bolas, que no hay en la Feria pero todos las buscan; los de 15 en el sector Manualidades, los universitarios en el sector de Trabajos Prácticos y los de 40 en la mesa de saldos.

Ediciones San Pablo compite con Ediciones Don Bosco para ver quien vende más estampitas y las editoriales que publican libros de izquierda compiten a ver quien interpreta mejor a Marx pero se olvidan de vender el Manifiesto, ni hablar de El Capital, podés poner la Feria patas para arriba que no vas a encontrar un sólo ejemplar.

Con la poesía latinoamericana pasa más o menos lo mismo que con el resto. Los que quieren quedar bien con su novia compran un libro de Neruda y se dan cuenta tarde que adentro viene la Oda a Stalin, igual pasa con Guillén; los más vivos eligen Benedetti, que es menos peligroso para mentes estúpidas y excelente para el que tiene un poco de cerebro.

Y con las novelas la cosa no es distinta; los que se la dan de intelectuales compran Sábato porque conocen el nombre, los descreídos de todo viajan a Macondo de la mano de García Márquez y nunca falta un gil que compra algo de Borges habiendo libros de Cortázar.

Sobre política hay libros para hacer dulce, los desmemoriados compran Grondona, los complicados a Chomsky, los economistas de bar o sobremesa a Bonelli, los traidores a Gambini, la izquierda no sabe que se siguen escribiendo libros y los liberales no se olvidan de engrosar la cuenta bancaria de Fukuyama.

Y como si esto fuera poco, el que más vende es el tipo que te cobra dos pesos por darte una hoja con el significado de tu nombre... hay Córdoba... derrochás cultura!!!

1.9.06

El Buitre

Lo siento tras de mi en un vuelo bajo, misterioso, silente y amenazador.
No quiero mirarlo, quisiera ignorar que está allí.
Cada paso que doy no me acerca sino que parece alejarme aún más de un destino que no conozco y al cuál no hay forma de llegar. Pero sigo caminando.

Siento su presencia, cierro los ojos y parece mover el aire. Se que no se irá, permanecerá allí, impasible, esperando el anunciado final, ni un minuto antes.

Fijo mi vista en un lejano horizonte siempre igual, mis pies ya cansados y lacerados saben que no hay meta pero igual continúan adelante, como si siguiendo fueran a llegar a algún lugar, como si pudiesen escapar de su vuelo.

Y allí sigue aún. Me ha vencido ¿O sólo esperó a que yo me rindiera? Da lo mismo.

En este lugar caeré, en este lugar él cumplirá su cometido.
Perseveró más que yo.